El nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, confirmó ayer tras su primera junta de gobierno que a partir del 1 de julio quedará sin efecto el sistema de multas en Madrid Central. La medida supone el primer paso para el desmantelamiento de esta Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el centro de la capital que entró en vigor hace menos de un año.
Así, desde el primer día de julio cualquier vehículo, incluidas las motos, podrán acceder libremente. Al menos hasta después del verano, ya no habrá ningún tipo de restricción a la circulación ni al aparcamiento y tampoco será obligatorio llevar las etiquetas medioambientales de la DGT que, hasta ahora, decidían qué vehículos privados entraban y de qué manera se podían mover por esta área de 472 hectáreas que abarca la almendra central de Madrid incluidas grandes arterias de tráfico como Gran Vía.
Las reacciones a esta decisión no se han hecho esperar. Entre ellas, las del propio director de la DGT (ahora mismo en funciones), Pere Navarro, que ha afirmado que España haría el “ridículo” y que nadie en Europa entendería la desaparición definitiva de Madrid Central. Por su parte, Ecologistas en Acción ha calificado de “inmoral” la suspensión y moratoria de sanciones en Madrid Central y ha asegurado que buscarán todos los medios «para impedir que se lleve a cabo” llamando a la movilización social e incluso denunciando el hecho en los tribunales españoles y europeos”.
Desde Bruselas, ni sí ni no ni todo lo contrario. En principio, dejarán hacer a Almeida y vigilarán si los cambios son beneficiosos o no cuando se materialicen. En caso de que Madrid no cumpla con los planes nacionales de calidad del aire se tomarán medidas. Cabe recordar que la Comisión Europa dejó paralizada una sanción de 500 millones de euros a Madrid gracias al paquete de medidas presentado por España, en el que estaba incluida la puesta en marcha de Madrid Central. En ese momento, consideraron que era suficiente para “hacer frente a las carencias detectadas siempre y cuando se ejecuten correctamente”.
Una de las grandes preguntas es qué pasará a partir del 1 de julio. El popular Almeida y sus socios de gobierno -Ciudadanos y Vox- no han ofrecido aún una ruta clara sobre las posibles soluciones a lo que ellos consideran un “fracaso”.
El nuevo equipo de gobierno dejará pasar el verano y abrirá en septiembre una ronda de consultas que cristalizará en un nuevo plan que frene la contaminación en Madrid y se adapte a las exigencias de Europa.
Sobre la mesa están abiertas posibilidades como la de Vox que plantea soterrar la Gran Vía. Aunque el PP ya ha dicho que sería una opción cara y compleja no se niegan en redondo a estudiarla. Lo que sí queda descartado de plano es revertir algunas medidas de la anterior alcaldesa Manuela Carmena como la ampliación de las aceras de la Gran Vía o la reducción de tres a dos carriles de circulación, uno de ellos reservado para el transporte público.
Recuperar las Áreas de Prioridad Residencial (APR) parece ser la apuesta del alcalde de Madrid que defiende extenderlas por todo lo que hasta ahora ha sido Madrid Central pero sin restringir el tráfico rodado por las principales arterias de circulación, es decir, calles como Gran Vía, Atocha, Bailén o Ronda de Toledo. Almeida ha asegurado también que no solo hay que actuar sobre el Distrito Centro sino sobre “todas las entradas de los coches por el perímetro M-30”. En ese sentido, considera que “hay que dar alternativas” y plantea la renovación “de las flotas de taxi, EMT, línea o discrecionales”.
¿Qué otras medidas podrían implantarse según los diferentes programas electorales y acuerdos de gobierno?
Adiós también a los semáforos de la A-5
Otra de las medidas de Ahora Madrid que no ha resistido a esta nueva legislatura son los semáforos de la A-5 que apenas han estado en activo cuatro meses. El pasado mes de febrero, la autovía de Extremadura (A-5) se transformaba en una vía urbana con semáforos y un radar de tramo. Esta decisión enfadó especialmente a los regidores de municipios como Alcorcón o Móstoles ubicados alrededor de esta vía de acceso a Madrid que cuenta con ocho carriles, cuatro por sentido.
Los semáforos estaban colocados solo en el sentido de entrada en la capital y conectaban la avenida de los Poblados en un tramo de 11 kilómetros de la A-5, entre Cuatro Vientos y Batán. A pesar de su corta existencia, tenían defensores y detractores a partes iguales. De un lado, las asociaciones vecinales que llevaban más de dos décadas pidiendo soluciones para eliminar la barrera arquitectónica que supone la A-5 entre los barrios de Latina mediante su soterramiento y/o su conversión en vía urbana y, por otro, miles de conductores que solo ven más atascos y más tiempo perdido entre su trabajo y su lugar de residencia.
``En Madrid el factor más importante en el deterioro de la calidad del aire es el automóvil``
El informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid, presentado a primeros de este año por la asociación Ecologistas en Acción, afirma sin dudar que en la ciudad «el factor más importante en el deterioro de la calidad del aire es el automóvil». Esta es una de las conclusiones principales del estudio que podría extrapolarse perfectamente a otras grandes ciudades españolas. A continuación, te resumimos otras de las consecuencias de respirar malos humos que subraya la organización ecologista.