Acabamos de dejar atrás el puente de la festividad de Todos los Santos y en nada volveremos a tener unos días de descanso en los primeros días de diciembre. Tal y como caen este año las fiestas nacionales de la Inmaculada y la Constitución (en martes y jueves, respectivamente), mucho nos tememos –o mejor dicho, nos alegramos- que para muchos va a ser una semana genial para coger la moto y perderse.
¿Conoces las ciudades Patrimonio de la Humanidad que hay en España? La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lleva desde 1972 catalogando y protegiendo los lugares de la tierra que tienen un valor cultural o natural excepcional. Así nació la Lista de Patrimonio de la Humanidad. Entre ellos están las Pirámides de Egipto, los Canales de Venecia o la Gran Muralla China, por citar algunos. España está nada más y nada menos que en el tercer lugar del mundo con 44 bienes declarados Patrimonio Mundial, de los que 15 son ciudades.
Por eso, desde Tienda Moto te queremos proponer una vuelta por el territorio peninsular para que conozcas 11 de esas ciudades. Estamos seguros de que te trasladarás a otra época.
Alcalá de Henares (Madrid)
Dentro del grupo de ciudades Patrimonio de la Humanidad desde 1998, Alcalá de Henares fue la primera ciudad diseñada y construida para albergar una universidad y su ejemplo sirvió como guía para otros centros de enseñanza en Europa y América. La Universidad funcionó entre los siglos XV y XIX y allí estudiaron escritores ilustres como Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, Lope de Vega, San Juan de la Cruz o Tirso de Molina. Este enclave madrileño también es famoso por ser el lugar de nacimiento de Miguel Cervantes Saavedra, autor de la que para muchos es la obra cumbre de la lengua castellana, Don Quijote de la Mancha.
Sus calles, plazas y edificios monumentales son un buen ejemplo del discurrir de la Historia. Los romanos fundaron la primera ciudad en una zona de paso de varios ríos a la que llamaron Complutum (significa confluencia de aguas) y que funcionaba como conexión de la vía romana con ciudades importantes como Tarraco y Emérita Augusta. De hecho, puedes ver los mosaicos que se encontraron en las antiguas viviendas romanas en el Museo Arqueológico Regional. Más tarde, los musulmanes se situaron en un monte al otro lado del río Henares y construyeron el castillo Qal’at’Abd al-Salam cuyos restos se conservan. Precisamente del nombre de este castillo procede la denominación de Alcalá. Por último, los cristianos trasladaron nuevamente la ciudad donde se ha asentado y ha ido creciendo hasta hoy.
Ávila (Castilla León)
La UNESCO la incluyó en la Lista de ciudades Patrimonio Mundial en el año 1985 por ser el ejemplo más interesante de ciudad amurallada del Medievo español. Además, es una de las más largas y mejor conservadas de Europa. Su perímetro es de 2.516 metros y tiene 87 torreones o cubos y 9 puertas. Debido a que Ávila está a 1139 metros sobre el nivel del mar -es la capital de provincia más alta de España-, las vistas desde esta atalaya son inmejorables. No en vano, cristianos y musulmanes estuvieron siglos guerreando para contralarla.
Como curiosidad, fíjate bien en sus materiales porque no todo son bloques de piedra y ladrillos. Existen trozos de tumbas de diferentes épocas que fueron reutilizados para la construcción de la muralla.
En cualquier caso, Ávila es mucho más que su muralla. Como en muchas ciudades de la Península Ibérica, se pueden observar las huellas de distintas civilizaciones. De la época romana se conserva la calzada y distintos mosaicos. De la época visigoda, destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua. A partir del siglo VIII, tras la ocupación musulmana, comenzaron tres siglos de guerras que dejaron la ciudad prácticamente destruida. No fue hasta principios del siglo XI cuando se inicia la reconstrucción de Ávila. De esta época es la muralla, numerosas iglesias románicas, la Catedral, el Alcázar y el Palacio Episcopal.
Segovia (Castilla León)
La belleza de su enclave, su entorno, edificios, arboledas y calles fueron las razones para que Segovia fuera declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985. No obstante, su acueducto romano es la joya de la corona de esta ciudad. Construido en el siglo I para abastecer de agua la ciudad, es la edificación de ingeniería civil más importante de la Hispania Romana. Aunque actualmente sólo veamos los arcos en la Plaza del Azoguejo, lo cierto es que el agua recorría 16 kilómetros. El acueducto está construido sin argamasa y se sostiene gracias al equilibrio de fuerzas y pesos. Sus 167 arcos están edificados con 20.000 sillares de granito. Tiene una longitud de casi 1 kilómetro y alcanza cerca de 30 metros de altura.
No obstante, y como te hemos destacado al principio, Segovia no es Patrimonio de la Humanidad sólo por sus monumentos históricos. Su enclave natural, sus arboledas y campos son tan importantes como las grandes construcciones. Por ejemplo, el Pinarillo, una gran zona verde a orillas del río Clamores que durante la Edad Media acogió el cementerio judío, y, desde el siglo XIX, tiene un valioso bosque de pinos.
Salamanca (Castilla León)
Uno de los aciertos de Salamanca es que gran parte de su vida sociocultural gira en torno a la Universidad por lo que, aparte de tener un rico patrimonio histórico artístico, es una ciudad moderna y cosmopolita llena de estudiantes de todas partes del mundo. Es lo que la UNESCO define como «ciudad viva» y una de las razones principales por las que entró a formar parte del club selecto de ciudades Patrimonio de la Humanidad en 1988. Salamanca está considerada también -junto a los conjuntos andaluces de Úbeda y Baeza- la ciudad renacentista española por excelencia.
Cuenca (Castilla La Mancha)
En 1996 la Ciudad Histórica Amurallada de Cuenca fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial por ser un ejemplo excepcional de ciudad fortificada medieval que ha conservado su entorno original intacto, junto con excelentes ejemplos de arquitectura civil y religiosa del siglo XII al XVIII. También se destacó la magnífica unión entre la ciudad histórica y el paisaje natural en el que se encuentra situada.
Uno de sus símbolos más visibles son las casas colgadas de Cuenca. Se desconoce la fecha exacta en la que los conquenses comenzaron a construir estas casas asomadas a las Hoces, aunque se sabe de ellas desde el siglo XV. Hoy sólo se conservan una pequeña parte. Las más conocidas son tres, cuyos balcones de madera, en voladizo se asoman al río Huécar: la Casa de la Sirena, que alberga un mesón con comida tradicional de la tierra, y las Casas del Rey, donde podrás ver elementos originales de la construcción como la vigas de madera y, además, visitar el Museo de Arte Abstracto Español.
Toledo (Castilla La Mancha)
Toledo es otra de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de España desde 1986. Caminando encontrarás las huellas de todos los pueblos que allí vivieron. Antes de entrar en la ciudad, verás el Puente de Alcántara con su puerta fortificada e imaginar cómo pudo ser el Toletum romano si te pasas por los restos del acueducto cuyas aguas recorrían más de 40 kilómetros.
La ciudad también llegó a ser capital del reino visigodo en Hispania, aunque quedan muy pocos restos de su presencia ya que las civilizaciones que les siguieron edificaron sobre sus construcciones. Aun así, en muchos edificios encontrarás piezas de origen visigodo reutilizadas posteriormente en arcos de herradura o capiteles labrados. Si te gusta la cultura árabe, no te puedes perder los Baños del Ángel, los Caballel, los salones islámicos del Colegio de las Doncellas o la Mezquita de las Tornerías.
Quizás la herencia más palpable en Toledo es la judía. Once siglos de presencia han quedado impregnados en cada rincón de las callejuelas de la antigua judería. Tras su expulsión en el siglo XV, lo que fue su aljama se repartió entre los nuevos nobles y las órdenes religiosas cristianas. Pero todavía hoy se pueden admirar algunos lugares representativos como, por ejemplo, la Sinagoga del Tránsito.
Cáceres (Extremadura)
La Ciudad Monumental de Cáceres es un ejemplo de conjunto medieval que se ha ido modificando a través de los siglos. En ella se conservan las huellas de las culturas romana, árabe, cristiana y judía. Por eso, cuando caminamos por sus calles empedradas iniciamos un auténtico viaje en el tiempo. Es el Tercer Conjunto Monumental de Europa y el Primer Conjunto Monumental de España. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1986.
Por su situación fronteriza entre Al-Ándalus y Castilla, los árabes la eligieron para defenderse de los ataques cristianos. La llamaron Al-Kazires. Tras muchos años de guerras, el rey cristiano Alfonso IX la reconquistó en el siglo XIII. A partir de ese momento, los nuevos pobladores llegados de Castilla, Asturias, Galicia, etc… fueron los encargados de construir la ciudad que conocemos hoy en día. Los judíos vivieron en dos zonas separados de los cristianos, conocidas como la Judería Vieja y la Judería Nueva. Representaban casi 10% de la población y jugaban un papel comercial importante. Tuvieron que abandonar la ciudad amurallada primero en 1470 y finalmente España en 1492 por orden de los Reyes Católicos.
Uno de los principales problemas de la antigua Cáceres era el abastecimiento de agua. Así, el patio de las casas tenía una especie de estanque rectangular que, en realidad, era un recolector de agua de lluvia. El invento romano se llamaba impluvium. Los árabes también lo usaron, aunque ellos lo llamaron aljibe. Un ejemplo de esta primitiva obra de ingeniería que no puedes dejar de visitar está debajo del palacio de las Veletas. Fíjate si era útil que es la única dependencia del alcázar que los cristianos no destruyeron.
Mérida (Extremadura)
El conjunto arqueológico de Mérida recibió la distinción como ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1993 por su interés histórico y monumental ya que constituye un notable ejemplo de edificios públicos de una capital provincial romana durante el imperio y los años posteriores.
Fue el emperador romano Octavio Augusto quien decidió fundar, en el año 25 a.C. una ciudad llamada Emérita Augusta destinada a que la poblasen los soldados veteranos que habían peleado en las guerras cántabras. Emérito es sinónimo de jubilado y de ahí el nombre de Emérita Augusta. Para que sus moradores no tuviesen morriña de Roma, en Mérida se edificaron todos los edificios públicos necesarios para que no extrañasen nada: una muralla, el teatro, el anfiteatro, acueductos, templos, termas, etc.
No obstante, en Mérida también encontrarás las huellas de cristianos y árabes. Podrás regresar a la época de los primeros cristianos si visitas la basílica de Santa Eulalia, uno de los primeros templos cristianos erigidos en Hispania tras el gobierno del emperador Constantino. También pisarás la Mérida musulmana si recorres la Alcazaba, una gran fortaleza que construyó el emir omeya Abderramán II en el año 835.
Córdoba (Andalucía)
Córdoba alcanzó su máximo esplendor en el siglo X cuando fue capital del califato de Al-Ándalus. Era una de las ciudades más grandes del mundo, tan solo comparable con Bagdad. Su riqueza comercial y cultural contrastaba con la austeridad de las ciudades europeas de la época. Contaba con una famosa Universidad y una biblioteca califal que contenía unos 400.000 ejemplares. Había 27 escuelas públicas para enseñar a los niños pobres.
La Mezquita es su máxima expresión, una obra única, ejemplo del arte de una época en la que la ciudad fue centro económico y cultural de Occidente. De hecho, fue la segunda más grande del mundo (después de la Mezquita de la Meca) hasta 1588, año en que se construyó la Mezquita Azul en Estambul.
Este edificio, junto a las calles que lo rodean, los monumentos y las viviendas tradicionales conservan restos de las cultura romana -espectacular el puente sobre el río Guadalquivir-, visigoda, islámica, cristiana y judía. Por todo ello, el centro histórico de Córdoba fue declarado patrimonio mundial por la UNESCO en 1994. La mezquita lo había sido unos años antes, concretamente, en 1984.
Santiago de Compostela (Galicia)
Santiago de Compostela fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, tanto por su patrimonio histórico y artístico como por su importancia cultural y espiritual en la Edad Media. Los romanos estaban convencidos de que en esta región terminaba el mundo. En ese sentido, a 98 kilómetros de Santiago puedes visitar la población a la que bautizaron como Finisterre, el final de la tierra.
La verdad es que no hay una época tranquila para visitar esta ciudad, así que prepárate para caminar o pilotar entre peregrinos en cualquier época del año. La tradición dice que el apóstol Santiago llegó en barco hasta Galicia y que la reina Lupa buscó un sitio para darle sepultura. Cuenta la leyenda que allá por el año 820 una lluvia de estrellas señaló el lugar de la sepultura y que allí se hallaron los restos. A aquel lugar se le llamó campo de estrellas, campus stellae en latín y Compostela, posteriormente en castellano. A esa época se remonta ya su tradición como lugar de peregrinaje. No obstante, no fue hasta el siglo IX cuando Santiago comienza a ser la ciudad que conocemos actualmente.
La Catedral de Santiago, , icono indudable de la ciudad y final de ruta para millones de peregrinos, se construyó sobre los terrenos en los que se encontraron los restos del apóstol Santiago, aunque en principio fue una humilde ermita. Pronto se quedó pequeña, así que sobre ella se construyó un templo visigótico. A su vez, sobre sus ruinas, se reconstruyó en estilo pre-románico, y sobre esta iglesia, de nuevo, se construyó la catedral románica. De la época renacentista data el claustro y sus espacios anejos y del Barroco se realizaron obras como la capilla mayor, los órganos, el cierre de la cabecera o la famosa fachada del Obradoiro.
Tarragona (Cataluña)
Tarraco fue la primera fundación militar romana fuera de la Península Itálica y la ciudad desde donde se impulsó la conquista, ordenación y estructuración de Hispania. Fue designada ciudad Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Entre los muchos vestigios que podrás ver están una puerta de acceso rodado, tres torres, varios lienzos de muro y seis poternas a lo largo del trazado conservado de la muralla, levantada en el siglo II a.C. También el teatro que se construyó a inicios del siglo I, bajo el gobierno del primer emperador de Roma, Augusto, con capacidad para 4.000 o 5.000 espectadores y en el que se realizaban espectáculos teatrales. También, a finales de este mismo siglo, se puso en pie el circo que entretenía a 25.000 espectadores con sus carreras de caballos, aunque sólo se conservan las inscripciones funerarias de dos aurigas que corrieron allí: el veterano Fuscus y el novato Eutyches.
Te recomendamos que visites las ruinas del anfiteatro, a las afueras de la ciudad, cerca de la playa, donde se organizaban cacerías de animales salvajes y las luchas de gladiadores. Por último, Tarragona tenía dos acueductos que llevaban el agua hasta los depósitos de la ciudad. El Acueducto de los Ferreres es un buen exponente.