Salir en moto en invierno y no pasar frío es posible [Primera parte]

Coger la moto en verano es lo más. No tienes problemas de atascos, aparcas fácilmente y además tienes aire acondicionado natural gratis.

Pero cuando llega el invierno, abres la ventana y miras el termómetro te puede dar un ataque de pereza y dejar la moto en el garaje.

Esto no sucederá si sabes cómo abrigarte correctamente para no pasar frío. Muchos motoristas todavía tienen la creencia de que cuanta más ropa se pongan encima más abrigados irán. Descartad este truco de una vez por todas porque no sirve para nada.

Ante todo hay  que poder moverse con comodidad encima de la moto, y si te enfundas demasiadas capas, aparte de parecer el muñeco de Michelin, tienes muchos números de irte al suelo por no poder maniobrar a tiempo.

Hay que tener muy en cuenta que un exceso de ropa puede generarnos más frío por la sencilla razón de que el calor nos genera humedad corporal -eufemismo de sudor-, y si ésta no se evacua bien y se enfría cerca de nuestra piel nos quedaremos ateridos además de atónitos, porque creíamos estar obrando correctamente.

También está totalmente desaconsejado usar ropa de abrigo de calle, que es una práctica muy habitual entre los motoristas noveles y especialmente los urbanos, porque obviamente estas prendas no llevan protecciones homologadas y porque se trata de ropa que difícilmente evitará que, al circular, el frío penetre hasta nosotros por los lugares más insospechados.

Otro error común es no prever el tiempo que estará conduciendo. Cuanto más pase, más sensación de frío tendremos encima de la moto. No es lo mismo circular 10 minutos a dos grados bajo cero que estar una hora sometido a esta temperatura.

Antes de seguir adelante, quiero introducir el concepto de temperatura de sensación porque casi nunca sentimos la misma temperatura que marcan los termómetros.

Estoy hablando de un índice que sirve para evaluar la sensación térmica que experimenta un cuerpo humano bajo los efectos combinados de la temperatura meteorológica y de la velocidad del viento.

En general el viento tiende a aumentar la sensación de frío, ya que favorece la evaporación de la humedad de la piel. Para ello el viento necesita calor, que obtiene robándolo del cuerpo.

En el caso de los motoristas, al circular generamos nuestro propio viento, el cual se suma al existente e incrementa la sensación de frío que percibimos de una manera más aguda.

Por ejemplo, a una temperatura ambiente de cero grados con un viento en contra de 80 km/h es como si estuviésemos a 10 grados bajo cero. Es importante conocer esto antes de salir a la carretera.

Esta tabla os dará una idea aproximada de cómo varia la temperatura de sensación.

La mejor solución para combatir el frío en moto es vestirse de una manera adecuada y usando las diferentes prendas técnicas que ofrece a día de hoy el mercado para protegerse eficientemente del frío. Esto último quiere decir abrigarse bien con el menor número de prendas posibles y vistiendo cómodamente.

Los practicantes de deportes de exterior, como el ciclismo o el montañismo, hace años que tienen claro que cuando hace frío o viento hay que vestirse con tres capas: una interior pegada al cuerpo que evite el paso del frío, retenga al máximo el calor que genera el cuerpo y evacue el sudor lejos de la piel, una intermedia que abrigue pero que sea liviana para no entorpecer nuestros movimientos y una exterior hecha de cordura y revestida de las modernas membranas aislantes del viento y del agua, además de las protecciones homologadas.

La clave es tener claro el concepto de la transpirabilidad de las prendas, es decir, que las fibras de la ropa permiten que las atraviesen las moléculas de vapor de agua pero una vez en el exterior, la humedad no puede retroceder.

Nos sirve de bien poco tener una chaqueta y un pantalón con las mejores membranas aislantes si debajo llevamos una camiseta de algodón o unos vaqueros que entorpecen la evacuación del sudor empapándose en él y generándonos una molesta sensación de humedad y frío.

En este sentido, la primera capa de nuestra vestimenta es clave para luchar contra el frío y tener unas salidas invernales más placenteras. Estamos hablando de la ropa interior térmica que no permite el paso del frío y evita que se escape nuestro propio calor corporal, que es fundamental.

Hay ropa térmica especialmente desarrolladas para motoristas o incluso las prendas deportivas o de montaña pueden cumplir perfectamente con el objetivo de mantenernos calientes. Suelen estar fabricadas en materiales ligeros y sintéticos, muy técnicos, que se adaptan perfectamente a nuestro cuerpo.  Las fibras técnicas más usadas son:

Fibra cortavientos y muy transpirable, pero no protege contra el agua. Otras marcas con las mismas propiedades son WindTex o Windbreaker.

Hilo con una sección diseñada para expandir el sudor y permitir su rápida y eficiente evaporación, enfriando la prenda en el proceso. Es un tejido perfecto para primeras capas o calcetines.

Membrana impermeable, transpirable y cortaviento. Quizás sea la más usada por los fabricantes en las prendas exteriores y el calzado.

Fibra aislante del frío y transpirable que se caracteriza por una gran ligereza, suavidad y compresibilidad que imita a las plumas de ganso. Además, es resistente al agua y se seca muy rápidamente. Y también es sostenible porque se utiliza más de 60% de material reciclado en su proceso de fabricación.

Tiene una alta capacidad térmica y aislante, traduciéndose en una baja transpiración. Se usa mucho en guantes.

Fibras huecas que aceleran la evaporación y transportan la humedad desde la piel hacia la superficie del tejido, donde se evapora más rápidamente. Así la piel permanece seca y caliente.

Actúa en cierta medida como aislante del viento y es bastante ligero. Aunque es más rígido que otros materiales, aporta una sensación muy acogedora en prendas de invierno.

Para incrementar la comodidad de las prendas interiores térmicas es recomendable que tengan las costuras planas, para que no dejen las típicas marcas en la piel después de horas de uso, y también que sean antialérgicas.

Entre la camiseta interior y la cazadora no está de más ponerse un forro polar o sudadera para aislarnos aún más si cabe del frío. Es la segunda capa.  Esta prenda no es imprescindible pero si uno es muy friolero acabará por considerarla más que necesaria.

Finalmente, la tercera capa la componen una buena cazadora y unos pantalones. Son imprescindibles para no pasar frío encima la moto porqué de ellas depende un 50% del aislamiento contra las bajas temperaturas. Es básico que sean impermeables, de lo contrario tendremos que llevar un impermeable en el baúl “por si las gotas”.

Un conjunto completo nunca es barato, pero será vuestra mejor inversión. Escoged bien la talla, porqué si nos van muy sueltas estas prendas, el aire frío se nos colará dentro y adiós al invento.

Es obvio que deben tener unas buenas protecciones, como hemos explicado en anteriores entradas. Lo suyo es que tanto chaqueta como pantalón dispongan de forro interior desmontable para poder usarlos durante más meses del año.

Además, es más que recomendable que ambas prendas se puedan unir mediante una cremallera. De esta manera no le dejamos resquicios al viento para llegar hasta nosotros.

En invierno hay que evitar la ropa de cuero, ya que es un material que ni es el más recomendable en caso de caída ni tampoco es el que mejor se comporta ante los cambios de temperatura, ya que coge mucho frío en invierno y se calienta con facilidad en verano.

Por tanto, la cordura es el material que mejor responde a las demandas del motero actual. Hay diferentes calidades de este material sintético y nuestra cartera nos dirá cual escoger.

En la siguiente entrada, hablaremos de los complementos y accesorios que nos ayudan a evitar pasar frío encima la moto.