La industria del sector de las dos ruedas junto a diferentes administraciones públicas y entidades sociales reflexionaron hace unos días en Barcelona sobre el papel de la moto en la movilidad en las carreteras. Todos coincidieron en señalar la seguridad vial como el principal valor a reforzar para hacer las vías más ‘amigables’ para los moteros. ‘Moto Diálogos’ reunió el pasado 21 de junio a la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas (ANESDOR), organizador de la cita junto a la Asociación de Fabricantes de Motocicletas en Europa (ACEM), y representantes de instituciones públicas como el Servei Català de Trànsit, el Ayuntamiento de Barcelona, la Comisión de Movilidad sobre Seguridad Vial del Congreso de los Diputados y la Dirección General de Tráfico. También estuvo presente la Fundación Pons, una entidad sin ánimo de lucro que, desde su creación en 2005, trabaja en la concienciación, enseñanza e investigación en seguridad vial, con el objeto de reducir el número de accidentes de tráfico.
Visión 0: ninguna víctima mortal en carretera
Precisamente la reducción de las muertes en carretera fue una de las principales líneas de actuación dibujada por los participantes en esta jornada profesional. Tanto la directora del Servei Català de Trànsit, Eugenia Doménech, como el presidente de ANESDOR, César Rojo, apelaron en sus primeras intervenciones a seguir trabajando en el objetivo de la Visión 0, un compromiso social y político nacido en Suecia en la década de los 90 y cuyo punto de partida es bien sencillo: nadie debería morir ni sufrir lesiones para toda la vida en las carreteras. Trasladado a España, la idea es que en 2050 no haya ninguna víctima mortal en carretera. “Todo lo que hacemos para reducir las víctimas nos debe ayudar a llegar a la Visión 0, es un objetivo de Gobierno, de la sociedad, y en definitiva, de todos”, subrayó Doménech.
Motoristas más vulnerables
Sobre cómo llegar a esta cifra y no tener que lamentar muertos en las vías cada día, las administraciones públicas pusieron el punto de atención sobre los propios usuarios, y en concreto, sobre los conductores. “La responsabilidad de todo conductor, con independencia de cuál sea el vehículo, en el desenlace de un accidente y las cautelas que debe tomar para llegar a ese objetivo de accidentalidad cero son fundamentales”, opinó el presidente de la Comisión de Movilidad sobre Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, Teófilo de Luis Rodríguez. El político popular lanzó, además, un mensaje especial para los conductores de turismo sobre los que dijo “han de entender que un motorista es un conductor más vulnerable y que, por tanto, requiere que extreme sus precauciones”.
Microaccidentalidad en motoristas
El subdirector de la Dirección General de Tráfico (DGT), Jaime Moreno, esbozó también una de las grandes preocupaciones entre los aficionados a las dos ruedas, la microaccidentalidad, entendida como accidentes de menor importancia en las que no hay pérdidas humanas, pero sí lesiones de diversa consideración. Estos se producen sobre todo en vías urbanas e interurbanas. Moreno anunció que la DGT está “desarrollando un índice para definir qué tramos de carretera convencional tienen que ser susceptibles de vigilancia, en función de la siniestralidad en dos ruedas, y apoyándonos en la tecnología”. Así mismo, insistió una vez más en “el problema de la antigüedad del parque de motos, como elemento horizontal de estos accidentes”.
El consejero asesor de la Fundación Pons, Ramón Ledesma, añadió elementos para la reflexión sobre cómo frenar la accidentalidad. A su juicio, “la mejor protección pública para los usuarios vulnerables es el control de la velocidad en nuestras carreteras”. También reclamó otro tipo de medidas que den espacio propio a la moto en ciudad para evitar siniestros por la competencia desigual con el coche como “promover la construcción de carriles específicos para la moto o crear más zonas de parada avanzada”.
Sistemas cooperativos de transporte inteligente (STCI)
Desde la industria, el secretario general de ACEM, Antonio Perlot, detalló que “la seguridad vial es una prioridad para nuestra industria, tanto en España como en el resto de los países de la Unión Europea” y consideró esencial que exista “una buena cooperación entre la industria y ambos niveles administrativos, así como con las principales organizaciones de usuarios”. Perlot hizo también mención a uno de los mayores avances tecnológicos de la industria en seguridad: los sistemas cooperativos de transporte inteligente (STCI). En este sentido, existe un compromiso voluntario por parte de los miembros de ACEM y ANESDOR para que en 2020 haya vehículos de dos ruedas que incorporen esta tecnología en el mercado.
Este acuerdo fue anunciado en 2015 en el transcurso de la 10 Conferencia Internacional sobre Motocicletas de Colonia (Alemania) y en el mismo las marcas pactaron incorporar sistemas de seguridad que permitan la comunicación entre vehículos y entre éstos y las infraestructuras viarias. Uno de los más importantes es el sistema de llamada de emergencia eCall en las motocicletas. Este dispositivo llama automáticamente al servicio de emergencias en caso de producirse un accidente. Gigantes como BMW, Honda y Yamaha ya están trabajando en modelos que incorporen este tipo de tecnología, aunque uno de los principales escollos es que hay que partir de cero. Los sistemas de transporte inteligente que ya existen coches no pueden sirven para las motocicletas debido en su mayor parte a la falta de espacio disponible y al hecho de que deben ser resistentes al agua, el polvo o la vibración.
La moto como potenciador de la movilidad sostenible
Por último, desde el Ayuntamiento de Barcelona se valoraron las ventajas de la moto como potenciador de la movilidad sostenible. Marc Iglesias, responsable de proyectos en el Área de Metropolitana de Barcelona, señaló que la moto es “parte de la solución para mejorar la calidad del aire de la ciudadanía” y apuntó que el futuro en la ciudad pasa por una batería de medidas y retos entre los que está “una renovación de la flota de estos vehículos de dos ruedas y su evolución hacia modelos eléctricos”. Por su parte, Félix Arnal enumeró algunas de las áreas en las que trabaja el consistorio en relación a la moto, como la seguridad de los usuarios vulnerables y la reorganización del espacio público, para solucionar el problema de los aparcamientos de motos.