Imprescindibles para recorrer Mallorca y Menorca en moto en 4 días

A estas alturas de marzo y con la primavera tocando ya a la puerta, debes estar loco organizando las minivacaciones de Semana Santa. Nosotros hemos elegido para ti uno de esos destinos donde descansar, recargar las pilas y disfrutar de la moto.

Mallorca y Menorca son dos paraísos moteros: buena temperatura, paisajes increíbles, carreteras en las que hacer curvas, mil calas para descubrir sus extraordinarios fondos y, si te apetece, bullicio y fiesta.

Aquí van nuestros imprescindibles para no perderte nada de estos dos paraísos naturales de las Islas Baleares a lomos de tu moto. ¡Arrancamos!

Si has llegado con tu moto en ferry desde la Península, se impone un recorrido por Palma. No cuentas con muchos días, así que será cuestión de elegir muy bien los planes que quieres hacer en la capital de Mallorca.

Nosotros te sugerimos un variado para que te hagas una idea de lo que puedes encontrar:

• Pasear por los jardines de s’Hort del Rei y la antigua muralla.
• Visitar la catedral gótica de Palma, el Palacio de la Almudaina y Palacio Episcopal.
• Subir al Castillo de Bellver.
• Recorrer el paseo de Born, la calle de las tiendas, para comprar algún recuerdo o delicia gastronómica típica.
• Comer en la antigua lonja de pescado o en los barrios de la Llotja, Born y la Porta de Santa Catalina.

Es uno de los parajes más visitados de la isla tanto por su belleza como por su acceso. Situado en la Sierra de Tramuntana, a Sa Calobra se llega a través de la MA-2141, un ramal de la MA-10 que verás a la altura de Escorca y el embalse de Gorg Blau.

Entre los motoristas, son míticas sus 800 curvas desde Palma. 12 de ellas tienen 180 grados y una, conocida popularmente como el nudo de corbata, 360 grados ya que pasa por debajo de sí misma haciendo un lazo.

Es una vía complicada, estrecha y no apta para novatos. De hecho, está considerada una de las más peligrosas de España aunque sus 14 kilómetros hacen las delicias de los moteros más experimentados.

Tendrás que andar con ojo porque en las temporadas más turísticas hay bastante tráfico. Coches, motos y bicicletas no se resisten al riesgo de un camino con una gran recompensa: la pequeña e impresionante cala de Sa Calobra enclavada entre acantilados de 200 metros.

Lo cierto es que la pequeña cala de cantos rodados de Sa Calobra es el resultado del agua que baja de la sierra de Tramuntana a través del Torrent de Pareis. Por eso, además de darte un baño y descansar de tanta curva, no puedes dejar de recorrer al menos parte de los 5 kilómetros de longitud de este cañón.

Partiendo desde Sa Calobra, hay una pequeña excursión de 1 kilómetro con una pendiente del 5% que se puede hacer con facilidad para conocer un poco el entorno sin jugarse el físico y los pulmones.

Para completar el itinerario, la recomendación es contar con un guía experimentado y estar bien de forma  porque es una excursión bastante exigente. El recorrido total tiene 5 kilómetros con desnivel acumulado de más de 600 metros. La duración ronda las 5 horas.

Centro comercial y cultural de la Sierra de Tramuntana, el pueblo de Sóller y su puerto están unidos por un tranvía que lleva en funcionamiento desde 1913.

Usado como transporte de viajeros y mercancías en sus orígenes, dicen que recuerda al de San Francisco. En la actualidad traslada sobre todo a visitantes y turistas. Cuesta 7 euros por trayecto, así que tú decides si merece la pena aparcar la moto y vivir la experiencia de viajar en un transporte de principios del siglo XX.

Mientras que el puerto destaca por su forma casi redonda y sus dos playas, la localidad de Sóller ofrece un ambiente rural. Es en fin la combinación perfecta de mar y montaña. Desde Sóller tienes infinidad de opciones para hacer senderismo por la Sierra de Tramuntana.

Por cierto, no te vayas de Sóller sin contemplar una puesta de sol desde el Mirador de Santa Catalina. Presume de tener una de las mejores vistas de toda la isla.

Podríamos decir que Sineu es el centro de la isla. Un pueblo conocido sobre todo, por su mercadillo y sus restos talayóticos, estructuras prehistóricas de la época megalítica, pero que en líneas generales es bastante tranquilo.

Es una zona ideal para descansar, degustar buena cocina mallorquina y tenerlo como punto de partida para recorrer toda la parte de Mallorca que no está bañada por el mar y, por tanto, están lejos de las rutas turísticas masivas.

Podrás pilotar a gusto por pueblos como Algaida, Montuiri o Santa Eugènia. También llevarte sorpresas como Bunyola y los Jardines de Alfabia, un ejemplo perfecto del paso de la cultura árabe por la isla.

Es el segundo núcleo de población de Mallorca tras Palma. Al igual que la ciudad capitalina, Manacor tiene muchas opciones de ocio para sus visitantes. Sin embargo, nosotros nos vamos a decantar por destacar su vía verde.

Es la única de todas las Baleares, tiene 29 kilómetros y une Manacor con Artà. Entre otras, pasarás por las antiguas paradas del tren en Sant Llorenç, Son Carrio, Son Servera o Artà. Esta última se ha convertido en una gran tienda dedicada a la artesanía en la que no faltan los productos hechos con madera de olivo.

El camino también cuenta con chiringuitos, áreas de descanso, mesas de picnic etc, pero obviamente -a no ser que estés muy acostumbrado a caminar- no es una ruta para hacer de un tirón.

No podíamos cerrar este recorrido sin recomendarte una de las tantas maravillosas calas que tiene Mallorca. Cala Mesquida está en la zona noreste de la isla y cerca de los pueblos de Capdepera y Artà.

Pinos, dunas, aguas cristalinas en las que bucear o hacer snorkel o simplemente descansar al sol.

Otras calas que puedes visitar en Mallorca son: Cala Pi, Cala Figuera, Cala s’Almunia, Cala Romántica o Cala Anguila. Es muy complicado equivocarse. Elijas la que elijas te quedarás con la boca abierta.

Si ya has recorrido Mallorca y te apetece saltar a Menorca, tendrás que coger un ferry que te dejará en el puerto de Mahón. La capital de la isla tiene un interesante centro histórico de estilo colonial que nos recuerda que la isla estuvo bajo dominio inglés en el siglo XVIII.

Una vez pateado, lo mejor es coger distancia y admirar el puerto desde los diferentes miradores -el más famoso es el Mirador de Miranda- o dar un largo paseo por el paseo marítimo desde Cala Figuera hasta la Estación Naval.

En Mahón tampoco faltan monumentos y ejemplos de arquitectura como su ayuntamiento o la biblioteca pública, ambos del siglo XVII; el Pont de Sant Roc, único vestigio visible de las antiguas murallas medievales de la ciudad del siglo siglo XIV o la calle Isabel II donde se concentra el mayor número de casas señoriales construidas durante el siglo XVIII.

Al igual que Manacor en Mallorca, Ciutadella es el segundo núcleo de población más importante de Menorca. De hecho, fue la capital de la isla hasta 1714.

Si vas en temporada alta o en periodos de vacaciones como Semana Santa, verás como turistas, visitantes y lugareños pasean por el puerto hasta el famoso Castillo de San Nicolás o alternan en las concurridas plazas del Borne o de Ses Voltes.

Todas las guías destacan su carácter señorial, sus estrechas calles de herencia musulmana y su animada vida social, especialmente en verano. Una ciudad para no dejar de lado en tu viaje.

Camí de Cavalls es un sendero de gran recorrido dividido en 20 etapas al que le ocurre lo mismo que a la Vía Verde de Manacor: es imposible planteárselo como excursión de un día.

En este caso, además, son 185 kilómetros con un desnivel acumulado de más de 2.600 metros que recorren el litoral de los 8 municipios de Menorca (Mahón, Villacarlos, San Luis, Mercadal, Alayor, Es Migjorn Gran, Ferreries y Ciutadella).

Si te estás preguntando por qué dedicar parte de tu tiempo a andar, piensa que ese desnivel nada desdeñable de más de 2.000 metros te dará una vista fenomenal de la isla.

En cualquier caso, lo más interesante, quizás, es hacer alguna de las etapas que más te llamen la atención. Aquí te enumeramos todas para que puedas investigar cuál te dará las mayores alegrías.

La isla no es muy grande por lo que recorrerla de cabo a rabo no te llevará mucho tiempo. Esto es ideal para buscar actividades intermedias que te permitan saborear todos sus rincones.

Una de esas actividades es la ruta de los faros, genial para hacerla en moto sin prisa y disfrutando de la brisa y el olor del mar mientras pilotas. En total son 7, aunque si ves que andas pillado de tiempo, puedes elegir los que más te apetezcan.

Algunas pistas para escoger: entre los más visitados, están el de Punta Nati (Ciutadella) y el Faro de Favàritx (Mahón). También son muy apreciadas las puestas de sol desde el Faro de Cavallería (Es Mercadal).

Aquí tienes el listado completo.

Si tienes en tu cabeza esos pequeños pueblos blancos de pescadores, nada mejor que darte una vuelta por Fornells y Binibeca. Calles estrechas y casas encaladas que se han convertido en un gran reclamo turístico, todo sea dicho.

Aparte de esa visión idílica de postal, ambos enclaves nos sirven también para ofrecerte un buen puñado de calas en las que pasar el día. En Fornells tienes CalaTirant, Cavalleria y Cala Pregonda, mientras que en Binibeca te puedes solazar en las calas de Biniancolla, Binisafuller, Biniparratx y Binidalí.

Como curiosidad, y si tu presupuesto está para darte un homenaje culinario, dicen que en Fornells se hace la mejor caldereta de Langosta del mundo mundial.