De playa en playa en moto por la Costa Dorada

Hace unas semanas te proponíamos un buen puñado de playas para visitar a lo largo de los más de 200 kilómetros de la Costa Brava. Hoy seguimos bajando y vamos a recomendarte algunos de los arenales y calas más destacados de la Costa Dorada.

La Costa Dorada abarca la provincia de Tarragona. Sus 92 kilómetros de litoral están salpicados de municipios mundialmente conocidos, y por tanto, muy turísticos, como Salou o Cambrils y otros que han resistido a las presiones urbanísticas y conservan el encanto de los pequeños pueblos pesqueros de antaño como L’Ametlla de Mar o El Vendrell. Te proponemos una vueltecita en moto por unos y otros porque para gustos los colores, ¿no te parece?

Seguramente no te descubramos nada porque está en todas las listas de playas imprescindibles de la Costa Dorada. Si no eres amante de seguir este tipo de guías, te advertimos que te vas a perder una playa tranquila, aislada y situada en un enclave natural protegido. Está considerada una de las mejores playas nudistas de la zona. Para llegar, tendrás que aparcar tu moto en la vecina Playa de la Mora y transitar por pistas y senderos.

Salou es seguramente el destino turístico por excelencia de la Costa Dorada. Muchos moteros la excluyen de sus rutas porque temen la masificación en calles, comercios, restaurantes y playas. No obstante, tiene muchos rincones en los que todavía reina cierta tranquilidad. Es cierto que quizás no sea la mejor ciudad para parar durante los meses de vacaciones más habituales si no te agrada el turismo de masas, pero dale una oportunidad en cualquier época del año.

De las 9 playas que posee, hemos elegido la de Crancs porque, aparte de ser un pequeño y bonito arenal alejado del ruido y mogollón del centro, de aquí nace el camino de ronda GR-92 que te llevará a pie por todas las playas del municipio.

Si en Salou hemos optado por destacarte en primer lugar una playa tranquila, en Cambrils vamos a empezar el recorrido por la más importante y visitada. La razón principal es que el Regueral está en el centro del municipio y, desde ahí, podrás hacer un bonito paseo marítimo de 10 kilómetros por todo el litoral para ver el resto de playas.

Si además de pilotar en moto, te gusta el senderismo, Cambrils te ofrece la posibilidad de hacer bastantes rutas ecoturísticas a pie para descubrir toda su riqueza medioambiental.

En cualquier caso, y volviendo al tema playero, el municipio cuenta con un total de 9 playas. La mayor parte de ellas tienen un grado de ocupación bastante alto, pero te hemos preparado un pequeño ranking  para que tengas claro qué te vas a encontrar.

L’Ametlla de Mar es un pueblo pesquero también conocido como La Cala que no ha sucumbido a la fiebre urbanística desmesurada. Es un verdadero paraíso natural lleno de belleza y tranquilidad. Playas y calas de pequeñas dimensiones se suceden a lo largo de sus 14 kilómetros. Nosotros subrayamos la Playa del Torrent del Pi, pero lo cierto es que cualquiera de ellas es una buena opción tanto por la belleza del entorno como por la calidad de las aguas. Muchas de ellas son salvajes y naturistas. Aquí tienes un pequeño listado para que elijas.

El pueblo marinero de L’ Ampolla se ha especializado no solo en el turismo de playa, sino que también ofrece otro tipo de actividades aprovechando que es la puerta de entrada al Delta del Ebro. En ese sentido, podrás recorrer sus lagunas conectadas directamente con el mar y rodeadas de arrozales o hacer una de sus muchas rutas de senderos. Te contamos esto porque, aunque este es un especial de playas, sería una pena que no conocieses el lado más ecológico y verde de la Costa Dorada.

En la localidad puedes sumergirte en las típicas de playas de arena, con aguas tranquilas y de poca profundidad o explorar otras de piedra pequeña rodeadas de acantilados de tonalidades rojizas. La que te hemos destacado, Cap Roig, es uno de los arenales que forma parte de la conocida como ruta de los acantilados, un delicioso paseo junto al mar de poco más de 7 kilómetros, con el que te harás una idea de la bravura y belleza del litoral de este municipio.

El Vendrell tiene pocas playas, pero a cambio son bastante grandes. Al menos, de las más extensas de todo el litoral de Tarragona. Junto a la de San Salvador, de casi tres kilómetros, están la de Coma-ruga y El Francàs, de 2,3 y 1,8 kilómetros respectivamente. Todas tienen un alto porcentaje de yodo, lo que -destacan desde la página web de turismo del municipio- las hace especialmente saludables. Además, sus aguas son tranquilas y templadas.

El municipio tiene otros ingredientes que pueden aderezar tu viaje. Por ejemplo, en el paseo marítimo de Sant Salvador está la Vil-la Pau Casals, la casa que el músico catalán construyó en 1910 y en la que residió hasta 1939, año en el que tuvo que exiliarse tras el final de la Guerra Civil. Jamás regresó a vivir en ella y en 1976 reabrió sus puertas como museo.

¿Te has fijado que hasta ahora no hemos hablado nada de gastronomía? Hemos esperado a Torredembarra y su antiguo barrio pesquero para proponerte que te bañes en la playa Baix a Mar y seguidamente busques algún pequeño restaurante donde podrás probar platos típicos de esta zona como salsa de romesco, suquets de pescado, alls cremats (pescado con ajo) o el bull, elaborado con el estómago del atún. Si no tienes referencias, deja que el olfato te guíe. No se suele equivocar.

Tampoco puedes irte sin darte al menos una vuelta por Els Muntanyans, un espacio natural en el área protegida de la Playa de Torredembarra y Creixell que conserva dunas y marismas, prácticamente desaparecidas en el resto de la costa catalana. Como curiosidades, este municipio conserva el último faro construido en España e inaugurado en el año 2000. Es, además, el más alto de toda Cataluña. Por otra parte, la sede del Ayuntamiento se encuentra en un edificio de corte renacentista del siglo XVI rehabilitado, el Castillo de los Icart.

Conocida cómo ‘la playa del biberón’, por la calidad de la arena y del agua, la quietud del mar y la suavidad de las pendientes al entrar en el mar, la playa de Calafell es un arenal de algo más de un kilómetro que, como las otras dos playas de la localidad, Segur de Calafell y L’Estany Mas Mel, tiene un grado de ocupación muy alto, sobre todo en verano con la llegada de turistas.

Calafell atesora además algunas reliquias del pasado como una ciudadela Ibérica de la época de los íberos, los restos de dos cisternas de la antigua villa romana del Vilarenc o las murallas del castillo Medieval de la Santa Creu.

Por último, otro de los fuertes del municipio es la apuesta decidida por el turismo deportivo. Calafell es miembro del club de Turismo Activo con actividades como el Nordic Walking (marcha nórdica), senderismo y BTT.  Si quieres hacer alguna ruta a pie o en bicicleta, te dejamos algunas de las más interesantes en este enlace. Hay varias con un nivel de exigencia alto, así que asegúrate de que estás en forma. Si no, siempre puedes volver a mecerte con las olas que tampoco está nada mal.