Después de recorrer y proponerte más de 30 playas de la costa norte desde Galicia hasta Euskadi, seguimos nuestro periplo playero en moto, esta vez por la costa catalana. Su amplio litoral, bañado por las aguas del Mediterráneo y con cerca de 600 kilómetros, se divide en 4 zonas: Costa Brava, Costa Dorada, Costa del Maresme y Costa del Garraf.
En esta ocasión nos vamos a centrar en la Costa Brava que se extiende desde Portbou, en la frontera con Francia, hasta el municipio de Blanes. La verdad es que es no es una distancia demasiado extensa. Si eres un motero experimentado en travesías de tipo medio o largo, sus 214 kilómetros no van a ser un problema para ti. Lo que sí te proponemos es que dejes las prisas de lado y afrontes esta aventura de sal, luz y arena despacito, como dice esa canción que últimamente nos taladra los oídos.
Entre las localidades más visitadas y conocidas de la Costa Brava están Lloret de Mar, Roses, Cadaqués o Tossa de Mar. Por supuesto, en este post no pueden faltar referencias a estas localidades, pero también queremos dar espacio a otros enclaves menos conocidos en los que descubrirás pequeños tesoros en forma de maravillosas calas y pequeñas playas en las que tumbarse y relajarse… o todo lo contario. También te sugerimos otro tipo de planes para que no acabes quemado (nunca mejor dicho).
Seguro que si has recorrido en moto la provincia de Girona y sus comarcas del Alto Ampurdán, el Bajo Ampurdán y La Selva tendrás tu propia lista de playas y calas favoritas, así que si no la ves en este listado, no dudes en compartirla con nosotros en un comentario. Será un placer añadir vuestras aportaciones.
Cala Portaló (Cadaqués)
Residencia de artistas tan importantes como Salvador Dalí o Marcel Duchamp y lugar de veraneo de otros como Picasso, Miró o Lorca, este pueblecito pesquero de aire bohemio, esconde algunas de las calas más bellas de la Costa Brava. Cala Portaló es un ejemplo. Su pequeño tamaño y complicado acceso, la ausencia de servicios o el hecho de que esté formada principalmente por piedras hacen que su nivel de ocupación sea bajo. Para llegar hasta la cala tendrás que seguir un camino señalizado que va desde Cadaqués hasta el faro y desviarte a la izquierda cuando se une con el sendero que viene desde Port de la Selva.
Cala Montjoi (Roses)
Todas las calas del municipio de Roses se encuentran dentro del Parque Natural del Cap de Creus, lo que significa que, además de darte un chapuzón, podrás estirar las piernas practicando senderismo por un entorno privilegiado. No olvides que un buen paseo nunca viene mal tras varias horas subido en la moto. Otra opción fantástica es hacer submarinismo en Cala Montjoi. Situada a 12 kilómetros de Roses, se accede por una sinuosa carretera costera que recorre otras calitas como las de Calís, Calitjàs, Jóncols, Murtra y Rustella. Ten en cuenta que a algunas, como Murtra y Rustella, solo podrás llegar en barco.
Playa de Sant Pere Pescador (Sant Pere Pescador)
Playón con todas las letras. Tiene más de 6 kilómetros y, quizás por eso, está dividida en varias zonas. De sur a norte puedes pasear por Playa del Riuet, Playa Cortal de la Devesa, Playa Cortal de la Vila, Playa Cal Cristià, Playa Can Sopa, Playa Can Nera, Playa Can Martinet y Playa La Gola. En las dos últimas, además, se encuentra una Zona de Especial Valor Natural y Paisajístico que forma parte del Parc Natural dels Aiguamolls de l’Empordà.
Si además de las motos te gustan los deportes naúticos estás en el mejor sitio para practicar kitesurf, windsurf, vela, catamarán o kayak, entre otros.
Playa El Portitxol (L'Escala)
La verdad es que tenemos una doble razón para mandarte a L’Escala. Primero por pisar la arena de sus playas y segundo porque hay un interesante museo de la moto… pero vamos por partes.
Si quieres relajarte y darte un tranquilo baño sin olas, nada mejor que la Playa El Portitxol, un arenal rodeado de un pinar y protegido de la fiereza del mar. Puedes llegar a pie sin problemas a través de una senda costera de algo más de 2 kilómetros. Es una playa familiar que, además de contar con todos los servicios típicos de una playa, tiene próximas las ruinas de la antigua ciudad griega de Empúries.
Como te decíamos, además de ir a la playa, en L’Escala puedes pasar por el Museu de la Moto. Creado por Vicenç Folgado i Tena (Lleida 1946- L’Escala 2008), un apasionado del mundo del motor, alberga más de 100 motocicletas restauradas por él mismo a lo largo de toda la vida. Creatividad y nostalgia van de la mano en una colección recomendable para cualquier aficionado a las dos ruedas.
Playa de la Fonollera (Torroella de Montgrí)
También conocida como Gola del Ter porque el río Ter desemboca precisamente en esta playa, es conocida por su tranquilidad y por su estado virgen. Arena fina, dunas, juncos y la majestuosa vista de las Islas Medas son los principales puntos a favor para hacer una parada en este arenal de 1,3 kilómetros de longitud ubicado en el municipio de Torroella de Montgrí, muy cerca de L’Estartit. A pesar de su aspecto salvaje, tiene servicios por lo que no es raro ver gente bañándose o pescando.
Playa de Aiguablava (Begur)
Es la última playa de Begur. Por sus aguas cristalinas y su poca profundidad, Aiguablava es un arenal muy recomendado para ir con toda la familia. Si no estás buscando ese ambiente familiar, puedes coger tu moto y recorrer las otras 7 playas con las que cuenta el municipio. Es un camino costero por carreteras secundarias que, en apenas 20 minutos, te dejará en la Playa del Racó, lindando ya con la localidad de Pals. Es la más grande y con una panorámica espectacular de las Islas Medas. Otros arenales de Begur que puedes visitar son: Illa Roja, Sa Riera, Aiguafreda, Sa Tuna, Playa Fonda y Playa Fornells.
Playa Tamariu (Palafrugell)
El municipio de Palafrugell tienes tres núcleos costeros que merece la pena patear: Tamariu, Llafranc y Calella. De hecho, existen caminos de ronda para poder hacerlo. Lo mejor es que aparques la moto, te pongas un buen calzado, metas una toalla y un bañador en la mochila y te dediques a caminar.
De Calella a Tamariu hay una distancia de 7 kilómetros. Si lo completas, llegarás a un antiguo pueblo de pescadores con una playa, la de Tamariu, que hace años era conocida como la playa de los pobres por estar mal comunicada. Actualmente luce orgullosa una bandera azul otorgada por la calidad de sus aguas, la cantidad de servicios que ofrece a sus visitantes y la posibilidad de realizar actividades deportivas como el alquiler de kayak para recorrer otras calas y grutas cercanas.
Cala Cap Roig (Sant Antoni de Calonge)
Sant Antoni de Calonge no es de esas localidades que te vienen a la cabeza cuando piensas en lo más típico de la Costa Brava y precisamente por eso te recomendamos una parada. De entre todos sus arenales hemos destacado la Cala Cap Roig quizás porque es una de las menos concurridas y más salvajes, pero tienes un rosario de calas y playas para elegir: Playa Es Monestri, Playa Sant Antoni, Playa Torre Valentina, Cala Racó De Les Dones, Cala Racó Dels Homes, Cala De La Roca Del Paller, Cala Roques Planes, Cala Del Forn, Platja Can Cristus, Playa Ses Torretes y Playa Belladona. Pilla la moto, sigue la carretera C-253 y a disfrutar.
Cala Pola (Tossa de Mar)
Cala Pola es una pequeñísima calita de 75 metros, a unos 6 kilómetros de Tossa de Mar, a la que suelen acudir mayormente las personas alojadas en el camping que está pegado al arenal. A veces esto despista porque pudiera parecer una cala privada, pero no. Puedes acceder con total tranquilidad y darte un baño en sus tranquilas aguas. Un buen plan motero es hacer la ruta que va de Sant Feliu de Guíxols a Tossa de Mar por la GI-682. Te llevará apenas 1 hora y disfrutarás de un buen número de curvas con toda la costa de Girona ante tus ojos.
Cala Treumal (Lloret de Mar/Blanes)
Según donde consultes verás que esta paradisiaca cala se encuentra en Blanes o Lloret de Mar. Esto es porque solo una gran roca separa Cala Treumal de la playa de Santa Cristina. Esta última sí pertenece a Lloret de Mar. De hecho, el mejor camino para llegar a la cala es coger la GI-682 y, a 3,5 kilómetros de Lloret, tomar la salida que indica Playa Santa Cristina.
A pesar de sus escasos 100 metros de largo, la cala es muy visitada en cuanto se inicia la temporada de baño. Te la recomendamos porque, aparte de tomar el sol, puedes darte una vuelta por el jardín botánico Pinya de Rosa que está a escasos 300 metros.