Pasar por este mundo dejando la menor huella medioambiental posible es de agradecer para que las futuras generaciones puedan disfrutar de un planeta sano y limpio. Los transportes juegan un papel importante en esta batalla y muchos usuarios ya han comenzado a tomar conciencia de que la contaminación nos aleja cada día un poco más de ese ideal.
No es que sean legión, pero muchos ya se están pasando a las motos eléctricas para tratar de reducir ese impacto sobre el medio ambiente. Frente a los combustibles fósiles, la energía eléctrica es limpia, no contamina y no hace ruido. Eliminamos así de un plumazo la polución ambiental y acústica.
No obstante, en contraposición con los sucesivos planes PIVE centrados en los coches y en la rebaja de su antigüedad, el sector de las dos ruedas se ha visto obviado una y otra vez, a pesar de que también contamos con un parque envejecido. En ese sentido, el secretario general de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas (Anesdor), José María Riaño, afirmaba hace unas semanas en una entrevista a Tienda Moto que la media de edad de las motos en España se acerca ya a los 15 años y que “con el actual ritmo de matriculaciones, tardaríamos veinte años en renovar el parque de motos”.
Sin temor a equivocarnos, podemos decir que en estos últimos años, los sucesivos gobiernos tampoco es que hayan dado pasos firmes en ninguna de las dos direcciones: ni se ha incentivado la renovación del parque de motos ni se ha potenciado la compra de motos eléctricas. Allá por 2010, el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ponía en marcha el Plan Movele 2010-2014 para ayudar a la compra de vehículos eléctricos, aunque no logró ni siquiera llegar a su punto y final. En 2013 fue suspendido por Mariano Rajoy.
En ese año se habían vendido en España 781 motos eléctricas, una cifra más que discreta. Con un principio tan tímido y el tijeretazo en las ayudas, no es de extrañar que la industria lo haya tenido bastante complicado para despegar al menos en nuestro país, a pesar de que marcas tan importantes como Bultaco, Honda, BMW o Harley Davidson, por citar algunas, han sacado al mercado modelos eléctricos. No es hasta noviembre de 2015 cuando el gobierno popular retoma los incentivos con la aprobación del Plan Movea que entró en vigor definitivamente el pasado mes enero de 2016.
La primera partida dedicada a la adquisición de motos eléctricas, con un montante de 300.000 euros, se agotó en febrero –tan solo un mes después de ser publicada- y, en vista de ello, en junio se aprobó una ampliación de 500.000 euros. De momento, las ayudas siguen abiertas, pero si tienes en mente cambiar tu moto y comprar una eléctrica, te recomendamos que aproveches este mes de agosto en el que casi todo el mundo parece estar a otra cosa porque quizás en septiembre sea demasiado tarde.
Si no has oído hablar del Plan Movea, ahora mismo te estarás haciendo muchas preguntas. Desde Tienda Moto queremos que conozcas las principales características de esta ayuda para que sepas si puedes solicitarla.
Pros y contras de comprar una moto eléctrica
Siendo realistas hay que decir que aún queda muy, muy lejos un mundo que no esté movido por el petróleo y, aunque actualmente ya es posible hacer nuestros desplazamientos con una factura mucho menos dolorosa para el medio ambiente, el uso de la energía eléctrica para el transporte privado es una opción todavía minoritaria. El hecho de no contaminar y no hacer ruido deberían ser razones poderosísimas para plantearse una apuesta más decidida por este tipo de combustible limpio, pero lo cierto es que sigue habiendo escollos que no convencen o compensan a los posibles compradores.
¿Cuáles son las principales ventajas y desventajas que debes poner en una balanza antes de decidirte a comprar una moto eléctrica? Te mostramos algunas.
Menor mantenimiento. No existen filtros de aire ni de aceite ni demasiadas partes mecánicas por lo que nos ahorraremos dinero en revisiones, reparaciones y sustituciones. Como consecuencia, las labores de mantenimiento también nos ocuparán menos tiempo.
Repostaje más barato. Cargar la batería de tu moto eléctrica es mucho más económico que llenar el depósito de combustible.
Más seguras (en principio). Sabemos que la seguridad está muy relacionada con el estilo de conducción, pero la mayor parte de las motos eléctricas alcanzan una velocidad menor que las tradicionales y les cuesta más acelerar. De cara a contratar un seguro, puede ser una baza para conseguir un precio más barato ya que las compañías tienden a ver un riesgo menor de siniestro.
Más inversión inicial. Es uno de los principales contras que frena la presencia de motos eléctricas en nuestras vías. Aunque sea más respetuosa con el medio ambiente, es más caro comprar una moto eléctrica que una tradicional. También cabe destacar que, aunque en principio, el mantenimiento es más barato, la sustitución de piezas será más cara y el hecho de llevarla a un taller también porque todavía son pocos los profesionales especializados en este tipo de motos.
Más tiempo de recarga y menos autonomía. Te hemos dicho un poco más arriba que el ‘repostaje’ es mucho más barato…pero mucho más largo. Recargar una batería de una moto eléctrica puede llevar entre 2 y 8 horas y, además, no te dará el nivel de autonomía de una moto que utiliza combustible. De hecho, su uso hoy en día está mucho más relacionado con desplazamientos urbanos que con largas travesías. Los modelos de motos eléctricas en el mercado actual todavía no está pensados para rutas largas. Habrá que esperar a que el mercado vaya madurando.
Poca colaboración institucional. La dificultad para encontrar sitios para recargar las baterías es otro de los inconvenientes principales. Aunque los ayuntamientos intentan cada año que haya más puestos, lo cierto es que no están generalizados. Por ponerte un ejemplo, el portal web de movilidad eléctrica Electromaps tiene registrados algo más de 25.000 puntos de recarga en toda Europa.